Tribuna: Mariano Avilés. Presidente de ASEDEF
Revista de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos AESEG
Cualquier modificación que se da en el ámbito de nuestras vidas supone, en principio, una dificultad más a la que, a lo largo del tiempo, es posible que nos terminemos acostumbrando. Sociológicamente, los esfuerzos de adaptación están directamente relacionados con la edad de la población a la que va dirigida la novedad. Cuando oímos hablar por primera vez de los medicamentos genéricos, no nos facilitó la tarea ir a la farmacia para que, posiblemente, nos cambiaran, sin saber porqué, un medicamento por otro, aunque al final el resultado fuera el mismo: recuperar la salud por la acción de un medicamento que, curiosamente, el farmacéutico nos cambió.
Como paciente eché de menos en aquellos primeros momentos de la existencia de los medicamentos genéricos una campaña, no de promoción pero sí de información, dirigida por las autoridades sanitarias de algo tan novedoso como eran esos medicamentos que tenían las mismas cualidades curativas que el “de siempre”, pero con distinto nombre, distinta presentación,… En fin, otro medicamento. La población española tuvo que hacer un esfuerzo autodidacta para saber y conocer qué era aquello de los medicamentos genéricos y, en la medida de ese esfuerzo, su implantación ha sido especialmente dificultosa. Y aún lo es. También en esa proporción, el impacto sobre el ahorro de la factura farmacéutica del Estado ha sido más o menos pírrico.
El poco entusiasmo de las Administraciones en los albores del genérico se alió con los comentarios de quienes sugerían que la implantación de estos fármacos podía perjudicar la investigación. En realidad, se observa que son aquellos países con mayor implantación de genéricos en los que más se investiga. La progresiva implantación de genéricos y el apoyo a la investigación no han de ser objetivos necesariamente incompatibles.
Técnicamente, el medicamento genérico es aquel que tiene la misma composición cualitativa y cuantitativa en principios activos y la misma forma farmacéutica, y cuya bioequivalencia con el medicamento de referencia haya sido demostrada por estudios adecuados de biodisponibilidad. Ahora ya todos sabemos lo que es un medicamento genérico, sus aplicaciones, calidad y seguridad a la hora de tomarlo, incluso sabemos que cuesta menos que su referente, en un momento en el que la contribución al coste viene establecido por las novedades legislativas últimamente aplicadas, y que obligan a ese nuevo copago que tan poco gusta a los ciudadanos, porque no se encaja muy bien que se hable de gratuidad y haya que pagar, aunque sea poco.
Impacto sobre el ahorro
El impacto sobre el ahorro de los medicamentos genéricos es, de momento, menos significativo de lo que debería y, de hecho, en los últimos tiempos se ha estancado. ¿Esto supone que la oferta de medicamentos genéricos se debe incrementar para que tenga un impacto superior en el ahorro en el gasto farmacéutico del Estado?
Las constantes modificaciones sobre precios que vienen practicando las autoridades sanitarias con la aplicación de los precios de referencia con medidas de impacto lento pero progresivo condicionan el techo de ahorro, relativamente importante, y marcan la oferta de los medicamentos genéricos y su implantación lejos de valores de participación en importe de la de otros países europeos.
Se observa que son aquellos países con mayor implantación de genéricos en los que más se investiga
La oportunidad para ver las bondades del medicamento genérico se vienen demostrando desde el mismo momento en el que son los propios laboratorios que ostentan las patentes de los medicamentos de referencia, que tarde o temprano caducan, los que desarrollan el propio genérico.
El futuro pasa necesariamente por la protección de los medicamentos de marca para que se propicie la investigación y que el alto coste de la investigación retorne con beneficios a quienes se empeñan en tan noble y necesaria tarea. Entre otras cuestiones, porque los retos para mantener la salud humana son diferentes en cada momento. Pero pasa igualmente porque los medicamentos genéricos tengan la proyección necesaria de utilidad y ahorro para la población y Administraciones, ello sin perjuicio de atender al nacimiento de otros conceptos de medicamentos que van emergiendo y cuya cultura igualmente deberemos aprender.