Con fecha 23 de septiembre de 2019 tiene lugar en la sede del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de España, en Madrid, la cuarta jornada de la segunda etapa del ciclo “NUESTRA CONTRIBUCIÓN AL PACTO DE ESTADO POR LA SANIDAD” organizado por la Asociación Española de Derecho Farmacéutico (ASEDEF) bajo el título “La aportación de la innovación tecnológica sanitaria a la sostenibilidad del SNS: Medicina Predictiva”, con la participación de:

  • MARGARITA ALFONSEL JAÉN. Secretaria General de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria FENIN
  •  JESÚS GALVÁN ROMO. Vicepresidente en Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS).
  •  LUIS MARÍA SÁNCHEZ GÓMEZ. Director de la Agencia de Evaluación y Tecnologías Sanitarias del Instituto de Salud Carlos III (AETS/ISCIII).
  •  GERMÁN SEARA AGUILAR. Responsable de la Unidad de Innovación del Hospital Clínico San Carlos.
  •  ANA QUINTEIRO GARCÍA. Coordinadora de la Red de Diagnóstico Biológico del Servicio Vasco de Salud/Osakidetza.

Forman la Mesa presidencial D. LUÍS AMARO CENDÓN, Vicepresidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de España y D. MARIANO AVILES MUÑÓZ, Presidente de la ASEDEF.

Está presentes en la Sala un amplio grupo de autoridades y personalidades, entre ellos: JUAN JOSÉ CAMACHO PAREJO, Director General de Salud Pública y Consumo de Castilla La Mancha, Mª LUZ LÓPEZ-CARRASCO, Presidenta de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (FENIN), MARÍA DEL MAR ARROYO JIMÉNEZ, Decana de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Castilla La Mancha, los patrocinadores de este ciclo: ANA MARÍA TERESA GARCÍA MOLINA de los Laboratorios Abbott, TANIA FURTADO y JOSÉ LUÍS SÁNCHEZ de Gilead, BEATRIZ PERÁLES ZAMORANO de Roche Pharma, JOSE RAMÓN LUÍS-YAGÜE, Director del Departamento de Relaciones con las Comunidades Autónomas de Farmaindustria, ANTONIO MOYA, JESÚS CRESPO y JUAN PARERA de la Ejecutiva de ASEDEF e IGNACIO PARA de la Fundación Bamberg.

INICIO DE LA JORNADA
LUIS AMARO

El Vicepresidente del Consejo abre la jornada, en nombre de la entidad, dando la bienvenida a todos y excusando la ausencia del Presidente del Consejo por razones profesionales. Expresa su agradecimiento a todos los que han hecho posible el encuentro, a las autoridades, a los ponentes, al moderador y al presidente de la ASEDEF. Resalta el interés de estas sesiones porque profundizan en temas, como hoy la innovación tecnológica, importantes ya no solamente para la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud sino también, para la calidad, la eficiencia, la equidad y, cómo no, la cohesión Pasa la palabra a continuación, al presidente de ASEDEF.

MARIANO AVILÉS

Saluda a todos los presentes y agradece, a su vez, al Consejo su colaboración en la celebración de esta segunda parte del Ciclo de Pacto de Estado por la Sanidad, que desde el año 2017 se está desarrollando. Señala que la primera parte fue en la Real Academia Nacional de Farmacia (RANF), “en la segunda parte nos acoge la más importante institución profesional de la Farmacia, el Consejo”. Por ello reitera el agradecimiento al Vicepresidente, Don Luis Amaro, y también agradece expresamente a ABBOTT, a GILEAD y ROCHE PHARMA su apoyo y compromiso.

Aclara el Presidente de ASEDEF que “obligados nos hemos visto a suspender durante unos meses el desarrollo de las sesiones, conforme al calendario que habíamos previsto, por todos los avatares políticos ocurridos”. En ese sentido, anuncia que después del encuentro del día de hoy, quedarán dos actos importantes, uno de ellos en octubre, con la participación de la Ministra de Sanidad, o en su defecto de un alto cargo del Ministerio. Y finalizarán estas sesiones con la presentación del Libro que editará el Círculo de la Sanidad, y que al igual que se hizo, ahora hace un año en el Senado, en esta ocasión, su presentación será en el Congreso, una vez vencidas todas las incertidumbres a las que se ha referido anteriormente.

Señala Mariano Avilés que el tema que nos ocupa hoy tiene enjundia e interés, porque es un reto del futuro, ya que ese futuro hoy también es presente. Desde que Dausset definió la Medicina predictiva como la identificación de individuos sanos que tienen predisposición a desarrollar una determinada enfermedad, ha habido grandes avances en el beneficio de la salud. Evaluar los factores de riesgo de las personas es adelantarse a la enfermedad, haciendo observaciones y estadísticas. La Medicina predictiva ha experimentado grandes avances, ayudados sin duda por los avances tecnológicos, sin cuya intervención y compromiso con personas no sería posible.

Hoy no existe área de la medicina que de una manera o de otra tenga cierto grado de desarrollo en el campo de la predicción: oncología, cardiología, nutrición, neurología, medicina deportiva, todas empiezan a beneficiarse de los avances en este campo, aunque el grado de desarrollo es muy heterogéneo.

Llegar a erradicar las enfermedades no es posible por la propia condición humana, pero sí se pueden conocer riesgos de las personas a desarrollar determinadas patologías, aunque a veces la solución no quede suficientemente clara.

Las nuevas tecnologías ayudan de forma experimental, exponencial, a que los expertos tengan herramientas para evitar, o tratar de evitar, la enfermedad, o adelantarse en diagnosticarlas, conociendo en el peor de los casos el impacto en la persona evitando el deterioro en la calidad de vida. La alianza de la predicción mediante la investigación y la tecnología sanitaria puede representar en la persona una garantía para dar esquinazo a la enfermedad y tener calidad de vida.

El papel de los profesionales no es que sea importante, es fundamental. La formación y la información útil han llevado a individualizar riesgos y proponer programas personalizados, porque hoy la prevención ha pasado a ser individualizada. Invertir en investigación y en tecnología sanitaria es una buena inversión, porque potenciará el ahorro.

Debemos hacer un llamamiento a las Administraciones para que el compromiso con estos aspectos fundamentales para la salud de las personas tenga -por encima de las prioridades y coyunturas particulares- la adecuada atención y la financiación necesaria.

Termina en ese sentido señalando –en palabras del Relator, Diego Martínez, en un artículo que bajo el título ‘UNA DEUDA PENDIENTE’ se publicará en breve-, “que el gran objetivo de un Pacto de Estado debe ser el preservar de alguna manera el sistema sanitario público del debate partidario, o dicho de otro modo, apartar a la sanidad de la confrontación ideológica anclándola a unos objetivos comunes de consenso”. Recordando que, en ese espíritu, ha promovido la ASEDEF este Ciclo. Y cierra su intervención agradeciendo a los ponentes su presencia y compromiso pasando la palabra al Moderar.

MARIO MINGO

Saluda a los presentes y recuerda que vamos hoy a hablar de innovación tecnológica, de sistemas de información y de medicina predictiva para incorporarla al posible, al probable y desde luego al deseable Pacto. Adelanta que van a hablar esta noche una farmacéutica y cuatro médicos, y señala respecto a la primera intervención que “cada vez que hemos intentado en el Parlamento hablar de Pacto de Estado, por supuesto hemos invitado a la Secretaria General de Fenin, a Margarita Alfonsel”, alma máter de Fenin, extraordinaria conocedora de toda la Administración, mejor persona, buena amiga, a quien da la palabra.

MARGARITA ALFONSEL

Señala que va a decir pocos mensajes y a centrar su aportación sobre lo que supone la tecnología sanitaria para la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario y las oportunidades que esta tecnología brinda. La medicina predictiva supone la anticipación a la enfermedad y es un beneficio directo al paciente y, por ende, para el sistema.

La introducción de la Medicina Predictiva no está exenta de problemas, porque hay que hacer un cambio de mentalidad; es una inversión que, probablemente, podemos considerar que es excesiva, pero luego va a tener su retorno futuro, y eso es tremendamente importante, ya que podemos rentabilizar esa inversión.

Hay innumerables novedades tecnológicas y terapéuticas que van a ayudar muchísimo en el nuevo modelo de atención. Necesitaríamos aprovechar todas las oportunidades que nos brinda la tecnología para implementar modelos de salud inteligente, smart health, en los que seamos capaces de mejorar la forma de prestar los servicios de manera más ágil, más personalizada, desde luego con mayor implicación de los pacientes, con mejores resultados en salud, con el fin de ofrecer no solamente esperanza de vida, sino calidad de vida. En este camino, la medicina predictiva resulta fundamental, ya que implica olvidarse de nichos tecnológicos y pasar a un modelo donde todo esté conectado y el sistema cuente con los recursos necesarios para prevenir, predecir y prescribir, anticipándose a la enfermedad o diagnosticándola en sus etapas iniciales.

El tándem medicina predictiva y tecnología sanitaria ofrece al sistema la oportunidad de implantar un modelo global con mentalidad 360º, en el que el paciente esté realmente implicado y comprometido, y consciente de su papel protagonista en el cuidado de su propia salud.

Apostar por un enfoque predictivo y preventivo de manera coordinada y generalizada es el modo de mejorar el pronóstico de las enfermedades, facilitar la prevención, reeducar a la población, disminuir los tratamiento más complejos y costosos, y mejorar la salud de toda la ciudadanía, lo que conlleva, desde luego, un ahorro significativo de costes directos, pero también indirectos, que muchas veces no consideramos.

En definitiva, con la aportación de la tecnología sanitaria es posible pasar del actual modelo reactivo a uno proactivo, y mucho más eficiente, que permita predecir y/o detectar patologías. Sobre los ahorros cita la ponente a modo de ejemplo el papel de las tecnologías de diagnóstico in vitro, que son clave en el 70% de las decisiones clínicas, y que suponen un 0,8% del total de gasto sanitario. Realmente hay aquí una oportunidad importantísima, y como ejemplo pone dos: las técnicas de diagnóstico in vitro, el test genético prenatal o los programas de cribado para subgrupos de población, como ejemplos muy generalistas e interesantes. Pero el papel de la tecnología no se circunscribe solo al potencial de la medicina predictiva y la prevención, sino también está en el diagnóstico, el tratamiento, el seguimiento de la patología y también la calidad de vida de los pacientes.

Hablamos de biotecnología, de ingeniería artificial, de bioingeniería, de nanotecnología, de robótica, y la verdad es una cosa que la presidenta de Fenin (presente en la Sala) lo dice sistemáticamente, que es muy importante que dispongamos de procesos que garanticen la incorporación de la innovación en el sistema, porque las empresas están desarrollando innovaciones para que sean puestas a disposición de los profesionales.

Es verdad que muchas veces decimos que la Medicina Predictiva y Preventiva nos exige financiar más. Pero no necesariamente. Lo que tenemos que hacer es financiar mejor, hacerlo de forma más eficiente, con una perspectiva global, con una planificación, aprovechando sinergias, y todo el potencial que ofrece la innovación.

Para ello proponemos varias medidas: apostar, desde luego, por una medicina predictiva y preventiva, también medir los resultados en salud para evaluar el impacto de las terapias y tecnologías, esto es fundamental, también establecer fórmulas de contratación que estén basadas en el valor que aportan productos y servicios, y no exclusivamente en el precio, incluyendo criterios de calidad sociales, medioambientales y de innovación. En todos esos procedimientos de compra, que contemplen la relación calidad-precio y el conjunto de costes del ciclo de vida del producto. Y por supuesto, establecer una mayor colaboración entre las comunidades para establecer sinergias, mejorar la cohesión del sistema y la equidad del mismo.

La tecnología sanitaria es, y puede ser, en mayor medida, un aliado estratégico a la hora de aliviar la presión sobre el sistema, ya que facilita la práctica médica y la toma de decisiones, optimiza el trabajo de los profesionales sanitarios, permite una gestión más eficaz de los recursos, resulta clave en la transformación de los procesos y es fuente de ahorros directos e indirectos.

Y en este contexto, expresa que como Fenin se ofrece como representantes del colectivo empresarial, con la experiencia y el conocimiento de 40 años de trayectoria que creemos que nos avalan en ese diálogo permanente con la administración central y autonómica, con los servicios de salud, con las gerencias hospitalarias y realmente que sea un colaborador siempre tenido en cuenta en los distintos momentos en los que se considere que podemos aportar algo. Y por eso estamos hoy aquí, para apoyar el Pacto de Estado por la Sanidad, que evite que la sanidad se convierta en un argumento de confrontación política, y aportando nuestra perspectiva para construir una hoja de ruta común, porque consideramos que juntos podemos aunar esfuerzos y voluntades con el firme compromiso de mejorar la salud de todos los ciudadanos.

JESÚS GALVÁN

El Moderador presenta a continuación al segundo ponente, Jesús Galván Vicepresidente de la Sociedad Española de Informática de la Salud (SEIS). Médico con una amplísima experiencia en la gestión clínica y en la gestión profesional y la Administración. Ha sido gerente y artífice de las transferencias del Insalud a la Comunidad de Madrid y Vice consejero de Sanidad en Castilla-La Mancha.

El Sr. Galván adelanta que va a hablar de un con qué, un qué, un porqué y quizá algún cómo. La primera idea es la sostenibilidad, un término que va ligado a conexión con el medio interno y el medio externo. Sabemos los fisiólogos que un organismo vivo que no se conecta con el entorno y con los recursos muere, y muere más pronto o más tarde, más pronto si no se conecta. Por tanto, todo sistema vivo tiene que tener sistemas de autorregulación explícitas; luego entenderemos por qué explícitas.

El mantra del que tengo que hablar hoy es la transformación digital, porque es un instrumento que permite hacer otros contratos. Porque hablar de Pacto de Estado es, en definitiva, hablar de otro tipo de contrato. De hecho, el contrato es una forma de pacto, pero ha de ser explícita, concreta, mensurable, regulable, evaluable y debe tener aprendizaje. Los contratos son mecanismos de autorregulación que tienen las sociedades civilizadas, y que también, esta es una nueva oportunidad que tenemos ahora, valen para hacer nueva ciencia. El ¿por qué?

Tenemos que hacer un cambio profundo para que el sistema sea sostenible, porque ya existe la figura del ‘impaciente activo’.

No conozco a nadie que tenga dolor, o enfermedad que produce sufrimiento, discapacidad, que no esté impaciente por recuperar el nivel de salud anterior, si es que puede.

Toda Administración asistencial o aseguradora está impaciente por disminuir los términos de espera, luego eso de paciente ha quedado anticuado, y lo de activo es mucho más que dar guerra, es mucho más que plantear con una cara de dolor que me pasa algo. Activo significa que con los datos que recuperamos de lo que ocurre en toda la trayectoria, en toda la interacción con las personas a las que les damos atención, con esos datos se puede obtener nuevo conocimiento, se puede generar una nueva ciencia que responda a la pregunta que todos nos tenemos que hacer: ¿Y qué pasó después? ¿Qué pasó después de lo que hicimos? ¿Fue bien, fue mal, fue caro, fue barato? ¿Qué aprendimos con aquel tratamiento? ¿Qué aprendimos con aquella conceptualización? Para generar nueva ciencia que genere nuevas formas de tratar y que utilice las tecnologías nuevas o viejas de la mejor manera.

Hablar de salud y de ciencia es hablar siempre de conocimiento, de información, de conexión de la información, y hay que hacerlo de una manera explícita y concreta.

El ¿con qué?: con la transformación digital. No lo voy a explicar mucho porque ya lo conocemos. Hay que llevar a cabo esa transformación digital ahora que es posible.

Disponemos de una gran herramienta que es la digitalización de muchas cosas que pasan en la vida.

¿Por qué? Por el impaciente activo que nos obliga a estar en consonancia con eso, no solo responder a su necesidad, que hay que adivinarla. El impaciente hoy quiere muerte cero por cualquier movilidad, aunque sea, por ejemplo, Legionella, o aunque sea Listeria, o aunque sea rabia, o aunque sea incluso cáncer. Eso es lo que nos piden hoy a los proveedores de salud, y ese es el reto que hay que cumplir con medicina preventiva.

Hay que ir construyendo algoritmos públicos que se retroalimenten con los resultados en salud. Ahora el conocimiento puede ir mucho más rápido si todos incorporamos esos nuevos datos transformados en conocimiento y en evaluación permanente.

¿Con qué? No me voy a extender, porque hay más, hay que ir construyendo algoritmos públicos que se retroalimenten con los resultados en salud. Los algoritmos públicos es la ciencia que aprendimos en las facultades de Medicina, de Farmacia, de Bioquímica, y eso está cambiando. Está cambiando la manera de clasificar las enfermedades, está cambiando la manera de tratarlas, está cambiando toda la tecnología, y eso nos obliga a reinventar términos y a aplicar los términos a la vida real. Es un mundo fascinante, y ahora el conocimiento puede ir mucho más rápido si todos incorporamos esos nuevos datos transformados en conocimiento y en una evaluación permanente.

Ya no vale decir: en mi experiencia. Ahora, mi experiencia, o mi propuesta, mi alternativa terapéutica, o mi itinerario, el itinerario diagnóstico-terapéutico que le ofrecemos a las personas que tienen disconfort o que tienen enfermedad, tiene que estar sujeto a evidencia, tiene que estar sujeto a reglas, no vale decir: a mí me parece, yo creo, en mi experiencia. Según la evidencia científica, esto es lo que hacemos, esto es lo que paga el asegurador, esto es lo que se hace, han cambiado las reglas.

Y eso nos lleva al concepto de riesgo compartido en sentido amplio. Me llevaría un buen rato desarrollarlo. Podemos establecer contratos y macrocontratos en base a riesgos compartidos medidos explícitamente, evaluables, que se pueden aplicar pues, por ejemplo, a los nuevos macrocontratos que tratan las insuficiencias. Cuando hablo de las insuficiencias, por ejemplo, ahora estoy hablando de la insuficiencia cardiaca, de la insuficiencia respiratoria, de la insuficiencia renal. No he hablado de oxigenoterapia a domicilio ni he hablado de diálisis peritoneal o de diálisis o hemodiálisis, ni he hablado de marcapasos, ni he hablado de los nuevos medicamentos para tratar la insuficiencia cardiaca.

Los grandes problemas que afectan a millones de personas, que comportan millones de euros, se pueden abordar de otra manera para dar mejor atención, registrar lo que está pasando, y de ese registro aprender, llevarlo, trabajarlo con los profesionales, conceptualizar de otra manera y hacer los contratos de otra manera. Esos contratos nos permitirán hacer distinto, predecir antes y cambiar nuestro modelo de conocimiento.

También hay que hablar de otro tipo de contratos que se pueden hacer de otra manera, como son los grandes planes. Por ejemplo, el plan de resistencia a antimicrobianos o el plan de tratamiento del cáncer. Esos grandes planes, en nuestra opinión, tienen que incluir, desde el principio, los sistemas de información como requisito previo, como instrumento, para cambiar los planes. Ya no valen planes mirando para atrás a viejos conceptos. Tiene que haber planes que tengan sistemas de retroalimentación cortos, medios y largos, y que estén basados en esta información posible a día de hoy, que es digital, que es evaluable y que es contrastable. Y todo esto, y estamos aquí en una agrupación de personas expertas en derecho, desde unos nuevos contratos que son posibles y que hay que hacerlos. Este es el reto y desde aquí les animo a construir esos nuevos contratos con reglas explícitas que tienen otras maneras de hacer y otros mecanismos de autorregulación.

 

LUÍS MARÍA SÁNCHEZ

Toma la palabra el Moderador que señala que estamos hablando constantemente de futuro, de evidencia científica. ¿Quién evalúa? ¿Cómo lo hace? ¿Cuáles son los objetivos? Para contestar a estas preguntas, presenta al Director de la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. Un Médico General, Máster en Salud Pública, Máster en Salud Comunitaria, que lleva en el Instituto de Salud Carlos III trece años.

El Sr. Sanchez asume la palabra y dice que va a intentar dar un punto de vista un poco diferente del resto explicando qué es lo que hacen en las Agencias de evaluación de tecnologías (AETS), y cuál es su papel.

No es cierto que en España falte cultura de evaluación sanitaria, en realidad se evalúa mucho y bien. El papel de las AETS no es tomar decisiones, sino hacer que los que toman las decisiones, tengan todas las herramientas científicas para poderlas tomar de manera informada.

La Agencia del Carlos III se crea en el año 94, es decir, tenemos 25 años de historia haciendo evaluación de tecnologías sanitarias; antes que nosotros, la agencia vasca en el 92, y la catalana unos meses antes, luego llevamos casi 30 años haciendo evaluaciones de tecnologías sanitarias en España, con el objetivo de hacer valoraciones objetivas de los impactos sanitarios, sociales, éticos, organizativos y económicos, de las tecnologías, procedimientos y terapias médico-sanitarias.

Desde el punto de vista legal, en el año 2003, con la Ley de Cohesión y Calidad, ya se habla de que para incorporar tecnologías, procedimientos y terapias, o para excluir los ya existentes, en el SNS tiene que haber una evaluación para conocer su eficacia, su efectividad, su seguridad, y la utilidad, a través de la AETS del Carlos III, o con otros órganos evaluadores de las comunidades autónomas.

Posteriormente, en el 2007, ya se dice de que es necesaria esa evaluación para poder actualizar la Cartera de servicios comunes del SNS. Y, posteriormente, en el 2012 se crea la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, en el que todas estas tecnologías, terapias y procedimientos deben ser evaluadas con carácter preceptivo y previo a su uso en el Sistema Nacional de Salud. Trabajamos en tres marcos: en el marco de la Red Española de Evaluación de Tecnologías con Servicios Científico-Técnicos, tenemos Investigación y docencia, y Servicios y apoyo al Carlos III.

La Red se crea en el 2012 con el objetivo de gestionar y coordinar todos los informes de evaluación y tecnologías sanitarias que se realizan en el SNS, asegurando un marco metodológico de calidad común en la evaluación de los trabajos y colaborando en la identificación y priorización de las necesidades de evaluación de tecnologías sanitarias en el sistema. La Red tiene una Secretaría Técnica que la coordina el Ministerio y la forman ocho agencias de evaluación de tecnología, siete a nivel autonómico y nosotros como agencia del Instituto de Salud Carlos III. Está Cataluña, Galicia, País Vasco, Andalucía, Canarias, Madrid y Aragón.

El trabajo básico de las AETS son los informes de evaluación de tecnologías, pero también el plan de detección de tecnologías nuevas y emergentes, las herramientas de ayuda a la toma de decisiones, los desarrollos metodológicos comunes para todas las Agencias, y los estudios de monitorización para generar evidencia cuando la evidencia no existe o es muy débil.

¿En qué marco lo hacemos? En el marco de la Cartera común de servicios para su actualización, ya sea para la inclusión de nuevas tecnologías, terapias o procedimientos, o exclusión o modificación de las indicaciones, se debe hacer a través de una solicitud a la Comisión de Prestaciones, Aseguramientos y Financiación del Consejo Interterritorial mediante una solicitud motivada de una Comunidad autónoma, del propio Ministerio, Sociedades científicas, empresas, pacientes o cualquier persona que estuviera interesada.

Esta petición pasa por un filtro de priorización en el que hay una herramienta de priorización con 5 dominios y 17 ítems ponderados, en el que tenemos, desde la gravedad de la patología, la frecuencia, las necesidades, la seguridad, la eficacia, el riesgo, los costes, el impacto organizativo, presupuestario, o el grado de adopción de la tecnología a la hora de priorizar todas las demandas que llegan al SNS.

Hay un Plan Nacional de Evaluación de Tecnologías anual, en el que se distribuye las tecnologías priorizadas a las diferentes Agencias que realizan los informes y los remiten a la Comisión de Prestaciones y al Consejo Interterritorial, que toma la decisión.

Los informes contienen varios aspectos, desde la descripción de la tecnología, la evaluación de la eficacia, seguridad y efectividad, los impactos, éticos, sociales, organizativos y presupuestarios, la participación de pacientes y profesionales en los informes y, por último, conclusiones y recomendaciones que no son vinculantes.

¿Trabajamos mucho, hacemos mucha evaluación o hacemos poca? Desde el 2007, aunque la Red se crea en el 2012, ya trabajábamos todas las agencias de forma coordinada. Desde el 2007 hemos realizado 567 informes de evaluación de tecnologías, 98 guías de práctica clínica basadas en la evidencia o de herramientas para ayuda de toma de decisiones, y hemos desarrollado 50 desarrollos metodológicos que nos han dado el marco común de trabajo a todas las agencias.

Los estudios de monitorización, que es el segundo gran producto de la evaluación de tecnologías, son estudios observacionales para valorar una técnica o un procedimiento cuando no tenemos evidencia suficiente que nos permita tomar decisiones. Se coordinan desde una de las agencias, se elabora un protocolo, que es consensuado por todos los que participan en el protocolo, se da acceso a todos los usuarios del SNS que cumplen con el protocolo de investigación, y los centros donde se realizan son siempre asignados a propuesta de las comunidades autónomas.

En las tecnologías emergentes, también existe un grupo de trabajo en la Red, actualmente somos 4 agencias los que trabajamos pero estamos intentando que seamos todas las agencias las que trabajemos en este ámbito de trabajo. Se identifican en torno a 50 nuevas tecnologías emergentes cada año, también sufren un proceso de priorización para ver de esas identificadas cuáles se hace una evaluación rápida, una evaluación previa a poder ser evaluadas como informe de evaluación de tecnologías.

Los Desarrollos metodológicos nos han permitido a todas las agencias tener un marco común, entre otras elaborando guías para la elaboración de informes, guías para el establecimiento de recomendaciones, o guías para identificar y priorizar tecnologías obsoletas.

Por último, tenemos un ámbito de trabajo a nivel internacional, a nivel europeo, participando en la Red Europea de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, en el que intervienen 83 Partners, 83 Agencias de Evaluación, con 29 socios. La agencia del Carlos III forma parte del Comité Ejecutivo de la Red y trabaja como líder del paquete de diseminación y trabaja también en otros tres paquetes: evaluación conjunta, implementación y generación de evidencia tanto con diálogos tempranos con la industria como generación de evidencia a través de estudios de monitorización.

¿Qué retos nos quedan?

  • Reforzar la implicación de todos los agentes en la evaluación, >Mejorar nuestra adecuación a las demandas y expectativas, >Tener una mayor agilidad a la hora de reportar los informes, >Integrar los datos y estudios de monitorización de decisiones, >Comunicar mejor y evaluar el impacto de lo que hacemos.
  • Y mejorar la participación de pacientes y de todos los actores.

 

GERMÁN SEARA

Interviene el Moderador, a continuación, para presentar al siguiente ponente, Germán Seara. Licenciado en Medicina y Cirugía y Pediatra. Desde hace bastantes años se dedica a trabajar en el ámbito de la innovación. Es en este momento el Director de la Unidad de Innovación del Hospital Clínico de San Carlos de Madrid.

Germán Seara se inicia expresando que se va a apoyar en la primera acepción de la RAE de la palabra “tecnología”, no en la segunda. Y la primera dice que son las teorías y técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico. La cuarta, que es de la que casi siempre hablamos, de la que hablamos más aquí, son los instrumentos y procedimientos para llevarlos en el ámbito industrial. Eso me lleva a donde pretendo, que es el tema de los profesionales. En el ámbito de la sanidad, la pirámide de la toma de decisiones es muy peculiar, y es muy peculiar porque el equivalente de lo que sería en un banco el cajero, que está en relación con los clientes, en nuestro caso son los médicos, las enfermeras, los farmacéuticos, o sea, la presión de la pirámide está en la parte de abajo, pero las decisiones tácticas y estratégicas se toman muy arriba. La primera cuestión peculiar de nuestro ámbito es que el conocimiento está abajo y de arriba, por lo tanto, lo que esperas es que esté la inteligencia para desarrollarlos

Esto es el punto de partida en el que yo me quiero basar, porque al final ¿qué hacen esos profesionales? Si le preguntas a un profesional, te dirán todos que hacen medicina basada en la evidencia. Esto nos lo aprendimos muy bien a finales del siglo pasado, y seguimos diciendolo, pero en realidad, ya está también más que demostrado, que más que guías clínicas, lo que seguimos es vías mentales. Uno adapta aquello que conoce y lo va cambiando.

Esto tiene mucho que ver también con el acceso que tenemos al conocimiento. A finales del siglo pasado encontrar un artículo era dificilísimo, en este momento se publican mensualmente, se indexan mensualmente, según mis últimos cálculos, 82.000 artículos nuevos en el ámbito de la sanidad. Con lo cual, estar al día, estar innovando, es absolutamente imposible desde un punto de vista general.

Al final los profesionales sanitarios nos enfrentamos a un entorno que cada vez nos resulta más extraño. Nos han educado para atender determinadas enfermedades y a lo que nos enfrentamos no es a enfermedades, a un paciente que tiene una enfermedad, sino a pacientes que tienen varias enfermedades, que además son crónicas, y encima el problema no es sólo la cronicidad, el problema es la complejidad. Para eso no nos han educado.

Y para eso no tenemos la otra tecnología demasiado a mano. ¿Qué ocurre? Pues que al final, desde mi punto de vista, se generan múltiples tensiones, tanto desde la toma de decisiones a la forma como se realizan, o en cuanto a la manera en la que los propios profesionales son capaces de integrar los nuevos aspectos del conocimiento, y sobre todo integrar las nuevas necesidades de la sociedad. Creo que seguimos sin entender demasiado bien, dentro de nuestro propio ámbito, la realidad de lo que se espera de nosotros. Y muchos de los profesionales sanitarios además creo que hacen muy poca autocrítica en ese sentido. Nos conformamos muchas veces con decir que hacemos las cosas lo mejor que podemos, pero creo que sería importante también una reflexión sobre si lo que estamos haciendo es lo que habría que hacer, o en este momento habría que hacer las cosas de una manera diferente.

Por lo tanto, a mí, cuando se habla de Medicina predictiva y cuando se habla de la posibilidad de un diagnóstico muy preciso, de un determinado tipo de pacientes, eso me preocupa pero menos, que desde el punto de vista de la innovación, la capacidad que vayamos a tener de hacer llegar realmente a nuestros profesionales la necesidad de un cambio enorme en la forma en la que vemos a nuestros pacientes y vemos a nuestros ciudadanos.

La cuestión no es tanto un pacto, reclamando un pacto a nivel sólo político, sino un pacto de la sociedad civil. Si no somos capaces de entender que aquí hay un cambio que incluya a los profesionales, a los pacientes, a todo el contexto, va a ser difícil que podamos avanzar en ese sentido.

Por lo tanto, mi pregunta o mi planteamiento al final es: ¿es un Pacto por la Sanidad o es un Pacto por la Salud? Porque me parece que lo que hemos hecho ha sido dirigir el sistema sanitario fundamentalmente a curar enfermedades, prestamos servicios de salud razonablemente buenos y con unos niveles de macroeficiencia aceptables para la cantidad de recursos que dedicamos, pero creo que perdemos muchas veces de vista los otros aspectos que tienen que ver con la salud.

Con lo cual, cuando al final hablamos del valor que queremos para nuestras acciones, creo que tenemos muy claro el denominador, de por dónde se nos van los gastos, pero tenemos insuficientemente definido el numerador, que es lo que de verdad queremos hacer llegar a la sociedad, qué es lo que queremos hacer por la sociedad, no solamente desde un punto de vista curativo, sino desde un punto de vista preventivo, poblacional, de participación.

 

ANA QUINTEIRO

Finalmente el Moderador presenta a la última ponente Ana Quinteiro, Médico, Especialista en análisis clínicos, Jefa de servicio de Análisis Clínicos del Hospital Universitario de Álava, Máster en Gestión de Laboratorios. Coordinadora de la Red de Diagnóstico Biológico en el País Vasco.

La Sra. Quintero señala que quiere empezar su intervención adhiriéndome al Pacto de Estado, creo que uno de los grandes logros que tenemos es el Sistema Nacional de Salud, que con criterios de equidad, de universalidad, de corresponsabilidad y de eficiencia es uno de los pilares que sustentan el desarrollo y el bienestar de la sociedad y que tenemos que preservar.

Voy a intentar darles mi perspectiva desde el ámbito asistencial. Llevo 9 años siendo la Coordinadora de la Red de Diagnóstico Biológico de Osakidetza, por tanto, estoy en el terreno del día a día, cerca de los pacientes. Cuando me plantearon la pregunta de la aportación de la innovación tecnológica a la sostenibilidad del sistema, lo primero que pensé es que la innovación tecnológica es imprescindible para la sostenibilidad del sistema. Pero es imprescindible, si viene acompañada de innovación en otros aspectos, de innovación en la gestión, de innovación organizativa.

No podemos incorporar la innovación tecnológica de manera sostenible sin cambiar la manera de hacer y organizar las cosas.

La innovación tecnológica nos está aportando la posibilidad de hacer medicina de precisión. En este momento podemos predecir una enfermedad, podemos prevenirla, podemos hacer un diagnóstico muy exacto, ponerle a esa enfermedad, no solamente su nombre, sino varios apellidos que nos ayuden a tratarla mejor, y además podemos hacer una terapia individualizada. Que podamos hacerlo no quiere decir que todos los ciudadanos del Estado español en este momento tengan acceso a ello.

Vamos a poner algunos ejemplos prácticos que se entienden muy bien. Tenemos, por ejemplo, la posibilidad de diagnosticar una sepsis, que antes tardábamos varios días, en horas. Ahora podemos, con unos marcadores, predecir si una mujer va a tener un cáncer de mama con muy alta probabilidad y realizar una mastectomía profiláctica. Podemos tener toda la imagen de la anatomía patológica de las biopsias de manera digital y compartirla. Podemos estudiar el ADN fetal a través del estudio de la sangre materna, sin necesidad de hacer una amniocentesis. Y seguiría con un interminable número de prestaciones, ligadas a la innovación tecnológica, que en este momento podríamos tener dentro de nuestra cartera de servicios del SNS y que a veces tenemos y a veces no.

Cuando hablamos de inversión en innovación tecnológica, creo que tenemos que verlo de una manera amplia y decir: no sólo es una inversión, sino que tiene un retorno, en la salud de los pacientes, pero también en el ámbito económico.

Un ejemplo: El cribado de cáncer de colon, que en algunas comunidades autónomas tiene un grado de implantación muy alto y en otras no tanto. Si toda la población española se hiciera el cribado de cáncer de colon, en este momento estaríamos gastando un 6% de lo que nos cuesta el tratamiento. Sería una inversión de 65 millones de euros para todo el Estado español, pero gastaríamos un 6% de lo que estamos gastando ahora.

Por lo tanto, creo que la innovación tecnológica es imprescindible para hacer sostenible el sistema, y que tenemos que cambiar la manera de hacer las cosas. Y tenemos que cambiarlas los políticos, los gestores y los profesionales. Debemos evaluar la tecnología y ver qué impacto va a tener, y esa evaluación tiene que ser ágil, para poder decidir qué tecnología debemos incorporar.

Además tenemos que planificar la tecnología que vamos a implementar, y hacerlo basado en datos. Por lo tanto, la visión no puede ser una visión de legislatura, tiene que ser una visión a medio-largo plazo, porque algunos de los retornos son a diez, a veinte y a treinta años.

La medicina de precisión implica una gran aportación de datos. Ahora mismo nos enfrentamos al reto del tratamiento de los datos genómicos. Podemos estar hablando de estudios capaces de analizar más de cien mil mutaciones genéticas que necesitan sistemas expertos de Big Data, que nos proporcionen información válida para tomar decisiones.

Debemos eliminar de la cartera de servicios aquellas tecnologías que están obsoletas. Tenemos la tendencia a sumar, y no quitar. Tendremos que eliminar aquello que no aporta valor para poder abordar la innovación tecnológica. Por lo tanto, deberemos realizar gestión de la demanda.

Una buena estrategia es compartir recursos. Los profesionales tenemos tendencia querer disponer en nuestros servicios de la última tecnología y de la cartera de servicios completa. No tenemos que competir, tenemos que aliarnos para ser competitivos.

Por otra parte, necesitamos un marco regulatorio específico que nos permita incorporar la innovación tecnológica a nuestra práctica diaria. Muchas veces existen lagunas normativas que lo impiden.

En este nuevo contexto, con la incorporación de la medicina de precisión los pacientes van a tener un papel activo, que no podemos obviar, ellos van a tener mucho que decir. Creo que tenemos muchos retos desde el punto de vista organizativo, y que si los abordamos vamos a ser capaces de incorporar a la asistencia la innovación tecnológica de manera eficiente y que todos nuestros pacientes se beneficien de ella de una manera equitativa.

DEBATE

A continuación el Moderador invita al debate formulando preguntas a los ponentes.

1ª. Pregunta a la Secretaria de FENIN sobre el modelo actual de compra que ha sufrido evoluciones ¿Está satisfecha con el modelo de compra? ¿Qué mejoras introduciría? ¿Paga mejor la Administración ahora que antes? (Pregunta formulada por el propio Moderador).

    • MARGARITA ALFONSEL

Tenemos una nueva Ley de Contratos del Sector Público (LCSP) que da nuevas oportunidades. Evidentemente, no es el mejor escenario desde nuestro punto de vista, porque esta LCSP no hace una mención específica al ámbito sanitario, por lo tanto, es la primera deficiencia que nosotros encontramos como sector empresarial. No obstante, sí que se introducen algunas mejoras.

Tenemos una nueva Ley de Contratos que abre nuevas oportunidades. No obstante la realidad es muy diferente seguimos con unas dinámicas de compras basadas en los conceptos del pasado, se compra a precio, se compra por producto, no se compra la solución o el proceso o el servicio. Creo que las bases legales pueden estar sentadas, falta pasar a la acción.

No me quiero extender el diagnóstico está hecho pero falta pasar a la acción. Comparto lo que han dicho mis compañeros que lo que hay que hacer es pasar a la acción, en materia de compras exactamente lo mismo.

Y en relación al tema de los pagos para nosotros estamos en una nueva era. Yo creo que FENIN, en su trayectoria de 40 años, ha dedicado mucho tiempo, históricamente hablando, al mal pago de las Administraciones, las empresas han sido las financiadoras del sistema. Esto en 2012 y 2014, con los planes de pago a proveedores, cambió radicalmente y hoy en día para nosotros es un tema de seguimiento, tenemos un Observatorio de la deuda, pero ya no es nuestro principal problema, es un tema que tenemos que seguir porque es la supervivencia de las empresas, pero la verdad es que el pago ahora mismo está en una media de 90 días, cuando la Ley dice 30, no se cumple la ley, pero ahí vamos.

    • ANA QUINTEIRO

Contaros la experiencia nuestra en la Red de Diagnóstico Biológico respecto a compras. Nosotros realizamos la compra de manera corporativa dentro de la Red, Es una nueva manera de comprar que implica pasar de decisiones individuales a decisiones consensuadas y adquirir la misma tecnología para todos los centros del Sistema Vasco de Salud. Eso nos ayuda a disminuir costes, pero también obtenemos otros beneficios.

Conseguimos estandarización y transferibilidad de los resultados. Y nos obliga a compartir conocimiento y a consensuar, porque la decisión es conjunta entre todos los profesionales de la comunidad autónoma. Pasamos de una medicina individualista a una medicina colaborativa, donde evaluamos cuál es la mejor opción para todos. El paciente que acude al sistema, tiene el mismo acceso a la tecnología independientemente del centro en el que sea atendido. Por lo tanto, creo que hay nuevas maneras de hacer dentro de la ley actual.

    • MARGARITA ALFONSEL

Solamente un comentario adicional, no me quiero extender, evidentemente hay ejemplos muy valiosos, como el que está comentando ahora mismo nuestra ponente, absolutamente de acuerdo, hay iniciativas aisladas que son absolutamente viables y que además dan un punto de lo que puede ser el futuro. Pero como la pregunta era muy generalista, yo he contestado de forma muy generalista. Y la generalidad es lo que he contestado. Me alegro mucho de que haya estas iniciativas porque creo que al final estas iniciativas sumadas pueden llevar a un futuro mejor.

2ª. Jesús Galván nos ofrecía un gran abanico de nuevos contratos ¿Por qué no se hacen estos contratos? (Pregunta formulada por el Moderador).

    • JESÚS GALVAN

Cuando me incorporaba a la práctica asistencial hace ya casi 40 años, me decía un viejo cirujano y traumatólogo: ‘Recuerda que no vas a vivir lo suficiente para ver sus propios errores’. Aquel médico era experto en tratar las secuelas de la polio, y decía: ‘Yo, a los enfermos que he operado de polio, no les voy a ver qué ha pasado 40 años después’.

Yo he vivido lo suficiente para ver alguno de mis errores en alguno de los contratos públicos, y me duele. Una de las causas por las cuales no se hacen los nuevos contratos, aunque ya se podrían llevar haciendo hace mucho tiempo, es la inercia. Un gran contrato para una insuficiencia, hay 17 contratos, porque hay 17 autonomías. Pero debería haber un contrato consensuado con la misma ciencia para todo el SNS. Es complejo de hacer, y el círculo de los contratos plurianuales no sirve para nada el ciclo político, de manera que un inconveniente habitual es que llega el director general de turno y le dice el jefe de servicio: ‘Tienes que hacer el nuevo contrato, que vence el plazo’. Y terminas prorrogando el contrato en los mismos conceptos, de manera que tenemos ahora contratos sobre el marco conceptual de hace 15 o 20 años, que no aprovechan para nada ni las tecnologías actuales ni las nuevas dimensiones.

Esto tendría que formar parte del Pacto de Estado. Nuevos contratos para grandes problemas, para grandes planes, tendrían que hacerse ya, y esta es una labor de cooperación donde no cabe partido ni opción política, porque lo que debe de primar es la evidencia y el resultado.

3ª. Germán, has hablado mucho del valor, pero todo depende del cristal con que se mira; no tiene el mismo concepto de valor el paciente, el médico, el coste del producto, la Administración, etc. ¿Cómo armonizar ese pequeño jaleo de valor? (Pregunta formulada por el Moderador).

No tengo ni idea. Me encantaría poder darte la respuesta, pero yo también solo tengo la pregunta. Yo creo que desde el punto de vista de la sostenibilidad lo más interesante de todo es el valor desde el punto de vista de la asignación de recursos, que tengas la capacidad de la asignación. Entiendo como sostenible no la viabilidad económica, sino el concepto de que seamos capaces de mantener unos recursos o de ser capaces de dejar los recursos para la generación siguiente, hacer el mejor uso de los recursos y ser capaces de conservarlos ¿no?

Creo que, desde el punto de vista de sostenibilidad, lo más importante sería dejar de hacer aquello que no tiene valor ni para el paciente ni para el profesional, y que, por tanto, no lo tiene para la sociedad. Estamos plagados de actos, de inercias, y una buen parte de las acciones profesionales no tienen sentido. A estas alturas de la vida tiene muy poco sentido decir: Venga usted dentro de seis meses y le vemos. ¿Cómo que le vemos? Le veremos si necesitamos ver algo y si usted decide que tiene que venir. Y esto, que lo pongo como ejemplo, que yo pensé que nos ocurría a nosotros solos, pero el otro día, leyendo una estadística norteamericana, ellos al final, lo que planteaban es que casi el 20% del gasto sanitario lo achacan directamente a incapacidades del sistema en la utilización de sus propios procesos, cosa que es inaudita.

Lo más importante en este momento sería dejar de hacer lo innecesario, porque eso es lo único que nos puede dar cabida a las cosas nuevas. No vamos a tener mayor porcentaje de PIB, no vamos a tener mayor posibilidad de dedicar más dinero, tendremos que dedicarlo mejor lo que tenemos.

4ª. Pregunta a Luis María Sánchez sobre las iniciativas europeas que se están haciendo en evaluación de tecnologías y si España sigue ese camino. (Pregunta formulada por Margarita Alfonsel y Nati Calvente).

    • LUÍS MARÍA SÁNCHEZ

Desde el punto de vista técnico sí que existe una iniciativa que empezó allá por el año 2005, que es la Red Europea de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, estamos ahora en una tercera Joint Action que termina en junio del 2020 y que se está planteando hacer una prolongación de un año. En esa hemos trabajado todas las Agencias de la red española, y en esta última Joint Action trabajamos prácticamente todas, solamente hay dos que no trabajan en esa Joint Action. Trabajamos desde el comité ejecutivo de la red y en varios paquetes de trabajo liderando el de diseminación y trabajando en el de evaluación conjunta, implementación y en el de generación de evidencia.

En el de generación de evidencia trabajamos en diálogos tempranos con la industria en colaboración con la Agencia Europea del Medicamento. En realidad, la Agencia Europea del Medicamento y EUnetHTA trabajan de manera conjunta en ese programa de diálogos tempranos, es el mismo programa de trabajo.

En cuanto al nivel político se está desarrollando un Reglamento a nivel europeo para armonizar la evaluación de tecnologías sanitarias, el estado actual es que desde la Comisión Europea se hizo una propuesta al Parlamento Europeo, que modificó, fue la diputada española Soledad Cabezón la que hizo de ponente en el Parlamento, se aprobó por mayoría absoluta, hubo una serie de cambios en el documento original y se trasladó al Consejo Europeo. Desde el Consejo no se ha tomado una decisión todavía, ha habido posicionamiento de varios países contra alguno de los aspectos de esa normativa, entre ellos España, Francia, Alemania y algún otro más. Creo que en este momento lo que están es en negociaciones políticas para ver cómo se avanza en el sentido de aprobar o no aprobar esa normativa europea.

5ª. ¿En qué momento estamos en la utilización de las historias clínicas electrónicas para evaluar los resultados en salud en tiempo real, por enfermedad, en las diferentes comunidades autónomas? ¿Cómo podemos dinamizar la evaluación de los resultados en salud reportados por los pacientes? (Pregunta formulada a Jesús Galván por Tania Furtado -Gilead-).

6ª. Ahora que sabemos que vamos a entrar en la era de la programación cuántica, pero ya sí estamos en el tiempo actual en el Big Data, y en el tiempo de la inteligencia artificial ¿En qué estado, situación y nivel estamos en el Sistema Nacional de Salud? ¿Aprobamos, suspendemos? (Pregunta formulada a Jesús Galván por Miguel Ángel Vargas).

    • JESÚS GALVÁN

Podemos mezclar la respuesta a las dos preguntas que están -de algún modo-enlazadas. Big es grande, el sistema que tenemos es grande, tenemos información por terabytes, pero el problema es que está poco conectada, menos leída y mucho menos leída con pertinencia. O sea, tenemos la información y no la leemos con preguntas pertinentes o con métodos adecuados, que si tenemos; ahí está la información pendiente de que alguien la use.

Uno de los problemas de nuestro sistema es que la información ha nacido disjunta, y ha nacido sin el uso declarado adecuado. Entonces su uso está limitado porque en la regla previa no se declaró.

Creo que la información es patrimonio de todos los que tenemos acceso a servicios de aseguramiento universal.

Hay datos que son privados, pero hay otros que son patrimonio común. El qué pasó en mí después de lo que hizo el sistema sanitario conmigo es un quid pro quo y yo debo al sistema contar qué ocurrió en mí con lo que el sistema hizo conmigo, y a cambio generaremos ciencia antes de morir, a ser posible, porque generar ciencia a base de hacer anatomía patológica de los fallecidos es demasiado lento, yo creo que lo podemos hacer más rápido.

Hay distintos mecanismos que se están poniendo en marcha para que esto no ocurra, por ejemplo, los sistemas de ayuda a la decisión en el momento en el que ocurre la decisión. Cuando algún facultativo, algún farmacéutico, algún profesional, tiene que tomar una decisión clínica, si está asistido por un sistema de ayuda, eso obliga a un mínimo de registros, obliga a seguir el camino propuesto o el alternativo y justificarlo.

Eso deja un rastro de información que permite generar información para ver si ha ido bien el camino recorrido y, si la información estuviera conectada, permitiría responder a la pregunta de qué pasó después de que estuvo en el hospital, porque los efectos casi siempre ocurren más allá del hospital, pueden ocurrir en primaria, en otro hospital, en otra comunidad, y eso hay que conectarlo. Porque el qué pasó después es la prueba del 9, que es lo que nos dice si lo estamos haciendo bien o mal, si estamos aplicando un algoritmo adecuado o un algoritmo anticuado, o si estamos eligiendo dentro del algoritmo la rama más frecuente que es la más tonta, porque es la más antigua y porque es la que no incurre con el nuevo procedimiento. Se puede hacer y hay varios proyectos.

Y, finalmente, hay otra solución, que es construir los sistemas sobre otra tecnología que ya es posible, que la están utilizando los Google, los Microsoft y las grandes, y que todavía no hemos implantado en el sistema sanitario, que sería crear lo que unos llamarían cookies, otros llamarían fractales, que serían unidades mínimas de información, que son conectables según el uso declarado y que tienen asociados unos algoritmos complejos de privacidad y de trazabilidad para que esa información se use solo para lo que se declara o se anonimice según un uso o según otro. Eso es posible, pero eso supone hacer otro sistema de información diferente al habitual que todavía hereda unos modelos conceptuales muy antiguos. Se puede hacer de otra manera.

    • GERMÁN SEARA

Interviene Germán Seara para responder sobre las historias clínicas electrónicas, en línea con lo comentado por Jesús Galván. Señala Seara que en los sitios donde hemos ido más tarde, o donde hemos tenido peores modelos electrónicos, estábamos aspirando a tener uno mejor, ¿Los modelos electrónicos que estamos utilizando responden a lo que ahora necesitamos? A mi juicio, no. Al final las dificultades enormes que tenemos para acceder a la información, no tienen que ver con la información, tienen que ver con el propio modelo con el que está diseñada la historia.

Y de nuevo vuelve a la famosa pirámide: alguien decide qué es lo que hay que hacer, desde el punto de vista electrónico, y el que lo tiene que hacer abajo, rellena datos. No es así y eso tiene que cambiar radicalmente. De hecho, me ha hecho gracia porque leía esta mañana por casualidad en un informe de la Agencia Norteamericana de Investigación y de Calidad (AHQR) que una de las seis causas del profesional quemado es el uso de la historia clínica electrónica, o sea, que al final, el uso de la herramienta que tenemos, a base de tecleos y de tener que pasar montones de informes, resulta que es uno de los problemas del profesional quemado. Pues hay que cambiar, y ahí, en ese sentido, lo que sí que tenemos ahora son herramientas para poder rescatar una parte importante de la información que hay en esas historias, también en las clásicas, pero para eso necesitamos un cambio importante en la manera de poder acceder a ello. Y necesitamos algo que tiene que ver mucho con la transparencia.

Al final esa información ya no es patrimonio exclusivo del paciente, es un constructo que se ha hecho a través de la relación del paciente con las instituciones sanitarias, y que por eso la cantidad de información que nos podría dar y de ayuda a la toma de decisión, no solamente para los profesionales, sino para los decisores de la salud y para los propios pacientes sería enorme. O sea, que es cambiar un poco el modelo con el que estamos viviendo eso.

    • JESÜS GALVÁN

Termina Jesús Galván poniendo énfasis en que lo que nace disjunto es muy difícil juntarlo. Hay que utilizar métodos indirectos muy lentos y hay que esperar demasiado tiempo. Los evaluadores de tecnología estarían encantados con tener datos crudos conectables para aplicar toda la ciencia y el conocimiento. Eso se puede hacer, pero no con la información que tenemos ahora, que ha nacido disjunta y para otros usos declarados. Y hay otros límites muy importantes que son de derechos, de derechos básicos, que hay que incluirlos desde el principio. Eso hay que garantizarlo porque si no llevarían a la cárcel a cualquiera que utilizara la información para un uso no declarado. Esto también hay que resolverlo.

INTERVENCIÓN DE LOS PATROCINADORES

Finalizadas las últimas respuestas del Sr. Seara, el Moderador invita intervenir expresamente a las representes presentes en la Sala de los tres patrocinadores de la jornada, por este orden: Abbott, Gilead y Roche Pharma

  • MARÍA TERESA GARCÍA (ABBOTT)

Me gustaría destacar el reto que supone la incorporación de las innovaciones al sistema nacional de salud para su sostenibilidad ya que ello hace que sea necesario que Administración e industria trabajen conjuntamente y aúnen esfuerzos para que lleguen al paciente, o sea, garantizar el acceso de todos los pacientes que lo necesiten y siempre en igualdad de condiciones sin depender de la comunidad autónoma donde vivan. Y ese trabajo conjunto para conseguir una adecuada introducción de la tecnología Innovadora que tanto aporta a los pacientes, debería buscar una optimización de los procesos y de los tiempos de evaluación, sin olvidar la transparencia, y desde luego esto sería clave para conseguir una mayor eficiencia en el sistema.

Esta colaboración debe también llevarse a cabo no sólo en los estadios de la enfermedad sino trabajando en la prevención y en la predictibilidad de la misma. Por todo ello, la tecnología sanitaria no solo facilita la labor del profesional sanitario, sino que también aporta calidad de vida al paciente.

Creo que una jornada como ésta, en la que se hable de la tecnología, era muy necesaria, creo que es una intervención sanitaria complementaria a la tecnología farmacéutica, farmacológica, y para el paciente creo que es importante, así que en nombre de Abbott muchísimas gracias y enhorabuena a los ponentes.

 

  • TANIA FURTADO (GILEAD)

Empieza por subrayar dos ideas que ha compartido. Una, que la innovación es imprescindible para la sostenibilidad, y para esto es crucial mirar no el corto plazo sino el largo plazo, y también mirar no solo el impacto en sanidad, impacto en un hospital, impacto en una comunidad, impacto en el sistema, sino el impacto en las otras áreas, porque no podemos mirar esta área como muchas veces lo que vamos a impactar en Sanidad nos puede ayudar en muchas otras. La perspectiva es muy importante, también a nivel de evaluaciones de tecnologías, es muy importante la perspectiva de la sociedad, es importante que no la perdamos y que la tengamos siempre presente.

La digitalización viene a revolucionar la vida de todos, desde la personal a todos los sectores económicos, y en Sanidad quizá nos gustaría que ya estuviera revolucionando más, porque podríamos estar mucho más lejos ya.

Me ha gustado mucho la idea de que tenemos en España una historia clínica y electrónica implementada, claro que no hay la interconectividad que desearíamos, pero ya es posible tener indicadores en salud por planes y ya es posible evaluarlos en tiempo real, entonces esto sería una idea muy concreta que sería muy interesante empezar a implementar.

Desde Gilead, nuestro compromiso es transformar enfermedades graves, esto lo hacemos con la innovación, pero también lo hacemos si la innovación llega a las personas que necesitan de estas medicaciones y es claro de una forma rápida, equitativa y sostenible. No tenemos una financiación más vinculada a los resultados en salud, pero empezamos a tener algunos ejemplos, hay que construir sobre estos e ir más allá.

Creemos que un tema crucial es empezar las discusiones temprano. Las innovaciones, cuando llegan, los pacientes, es normal y es lícito, la quieren para mañana. Entonces es muy importante, y creo que se están haciendo muchos avances de las autoridades en conjunto con la industria y en conjunto con todos los interlocutores, empezar a hacer ejercicios de afrontar lo qué va a venir, lo qué va a revolucionar, y trabajar con la antelación necesaria.

Terminar con un ejemplo, porque si hablamos de medicina predictiva, hablamos también de toda el área de la terapia de precisión que está cambiando. Desde Gilead estamos ahora entrando en el área de terapia celular, y creo que es un buen ejemplo del que podemos aprender, donde ha sido posible, a través de un modelo de pago por resultados, hacer que estos medicamentos lleguen lo más rápido posible a las personas y evaluando los resultados. Al final, todos tenemos interés de ver si el valor que hemos aportado al paciente, a la sociedad, es el que habíamos estimado. Aquí también es claramente el área de terapia celular, es un área que necesita muchísimo de la colaboración público-privada.

Ya no hablamos solo de financiar un medicamento, hablamos de preparar un sistema para incorporar tecnologías. Y por esto es muy importante el trabajo en conjunto con la Administración. Creemos que este es el contrato de todos nosotros con la sociedad, hacer que todas estas tecnologías puedan llegar lo más temprano a las personas y que podamos posibilitar más esperanza de vida y mejor calidad de vida.

 

  • BEATRIZ PERALES (ROCHE PHARMA)

Pone sobre la mesa dos puntos de reflexión. Hablamos de medicina del futuro y realmente no es la medicina del futuro, es la medicina del presente. Esto supone un reto, se ha hablado de vencer inercias, se ha hablado de gestionar el conocimiento, se ha hablado del origen escénico, que ha hablado mi compañera y las barreras, y yo creo que también tenemos todos una responsabilidad, es el momento, no sé si político o no, pero es el momento, de nuestra colaboración y nuestra participación, creo que es un buen momento dentro de un Pacto de Estado. Y sí que me gustaría integrar, y me ha gustado, el tándem de medicina predictiva y tecnología sanitaria, me gustaría abordar, que también lo ha comentado Ana Quinteiro, todo el tema de medicina personalizada de precisión.

Es un complemento según el contexto y creo que todo junto es un reto importante en el que todos estamos obligados a tener nuestra responsabilidad, y el abordaje integral es un tema importante, no solo farmacológico, por la parte que nos toca a las farmacéuticas, creo que el vencer la inercia es a lo mejor ofrecer sistemas de abordaje integral del paciente, no solamente farmacológico, y es algo para lo que nosotros desde Roche cogemos el guante y es algo en lo que queremos participar y contribuir.

 

MINUTO FINAL

Tras estas tres intervenciones de los patrocinadores el Moderador invita a los ponentes a un minuto final de cierre, en orden inverso a su primera intervención.

  • ANA QUINTEIRO

Todos los avances tecnológicos que reviertan en beneficio para el paciente y el ciudadano, tenemos la obligación de proporcionárselos. Por lo tanto necesitamos cambiar nuestro manera de pensar y hacer y empezar a compartir recursos, a compartir información y a compartir conocimiento. Y esto lo tenemos que hacer los profesionales, pero debe estar liderado desde el ámbito político, porque si no, no va a funcionar. Necesitamos formación para hacer un cambio cultural de los profesionales, y yo diría que también necesitamos formar a las nuevas generaciones. Me consta que entre el público hay estudiantes de Medicina. Tenemos que empezar a formarles desde el principio para que cambien esta manera de hacer las cosas, porque la medicina convencional ya no va a dar respuesta a las nuevas necesidades.

Y, por último, quería decir que un país que no investiga es un país que pierde riqueza. Por lo tanto, la investigación y la asistencia, que en este momento llevan caminos separados en algunos casos, deben confluir si queremos realmente crear un país avanzado y un país que proporcione salud a los ciudadanos de una manera eficiente.

 

  • GERMAN SEARA

Creo que el objetivo común es la salud, por lo tanto, la cuestión es incorporar de una manera real, y no solamente en las palabras, las experiencias y las perspectivas de los pacientes en ese modelo de salud que pretendemos. Entender que el valor no está en los objetivos, sino en los resultados, por lo tanto tenemos que enfocarnos a resultados, evaluarlos y hacerlo de forma transparente. Comparto absolutamente el que para ello es crucial la colaboración, y seguramente algo de lo que no nos ha dado tiempo a hablar, pero que sería muy importante para todo esto, el conseguir una identidad digital única de los ciudadanos/pacientes, porque si no nos va a ser muy difícil compartir muchas cosas en nuestro objetivo común.

 

  • LUIS MARÍA SANCHEZ

Estoy de acuerdo con Germán en que es importante evaluar. Tenemos que mejorar la cultura evaluativa en todos los niveles del sistema sanitario, desde los profesionales hasta los decisores, y yo creo que eso es una parte que nos toca a las AETS, intentar mejorar ese aspecto en el SNS a todos los niveles, mantener lo que ya tenemos hecho y potenciar, si cabe, para mejorar la evaluación de tecnologías y favorecer la evaluación de las tecnologías y de los procedimientos para su inclusión o exclusión del Sistema Nacional de Salud.

 

  • JESÚS GALVÁN

Tres afirmaciones. Una, el conocimiento en salud es un patrimonio común. El uso adecuado de la información generada en el uso de servicios es un reto insoslayable para toda la comunidad. Dos, los retornos de información mejor digitalizada tiene que ser un elemento esencial de cualquier contrato que se haga, bien con proveedores o bien con profesionales, o bien entre actores internos dentro del sistema sanitario. Y tres, la transformación digital en salud no es graciable, es un gran reto colectivo, es un cambio de cultura que no es evitable. Por tanto, este país tiene que habilitar las infraestructuras adecuadas, las tecnologías adecuadas, para que sea posible esa transformación digital. Desde mi punto de vista, esta infraestructura digital es tan importante como la infraestructura del agua, la energía o la movilidad.

 

  • MARGARITA ALFONSEL

Desde el sector empresarial estamos abiertos a colaborar, a compartir conocimiento y experiencia, a ofrecer servicios y soluciones para los pacientes, para los profesionales y para el sistema, y nos ponemos a disposición, como siempre, de todos los agentes del sistema para buscar ese cambio estratégico que consideramos necesario.

Después de estas últimas intervenciones el Moderador devuelve la palabra al Vicepresidente del Consejo quien agradece todas las intervenciones y levanta la sesión.

 

Madrid 23 de septiembre de 2019