Con fecha 28 de octubre de 2019 ha tenido lugar en la sede del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de España, en Madrid, la sesión de clausura de la segunda etapa del ciclo “NUESTRA CONTRIBUCIÓN AL PACTO DE ESTADO POR LA SANIDAD” organizado por la Asociación Española de Derecho Farmacéutico (ASEDEF) con la participación de la Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, MARÍA LUÍSA CARCEDO ROCES, con una Conferencia bajo el título “La transformación del Sistema Nacional de Salud, un compromiso social”, en la que ha defendido una transformación del Sistema Nacional de Salud (SNS) para hacer frente a los nuevos desafíos y necesidades.

Precedieron a la Ministra en el uso de la palabra el Presidente de la ASEDEF, Mariano Aviles, quien hizo un resumen de las actividades de este Ciclo iniciado en octubre de 2017 y que finaliza ahora, en el que anunció la próxima edición del segundo volumen de esta Jornadas que será presentado en el Congreso de los Diputados el próximo mes de noviembre.

También intervino el Presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), Jesús Aguilar, que resaltó el potencial del sector farmacéutico para la mejora sanitaria y mostró su preocupación por algunas de las medidas anunciadas de regulación del mercado que pondrían en peligro la sostenibilidad de muchas farmacias y también el suministro de algunos medicamentos.

1 “NUESTRA CONTRIBUCIÓN AL PACTO DE ESTADO POR LA SANIDAD” (Segunda etapa).

La Ministra en su Conferencia de Clausura identificó los seis grandes retos a los que se enfrenta nuestro sistema sanitario público: en primer lugar, el envejecimiento de la población, aumento de la esperanza de vida y baja natalidad, en segundo lugar, los cambios en el papel de la mujer, en tercer lugar, las limitaciones del sistema de protección social, en cuarto lugar, los impactos en la salud de la globalización y el cambio climático, en quinto lugar, el impacto asistencial y financiero de las tecnologías e innovación y las mejoras en salud y en eficiencia que suponen, y, finalmente, en sexto lugar, la necesaria sostenibilidad política, económica y moral del sistema.

La Ministra expresó que fortalecer la cohesión sanitaria, “territorial y de género” es, en definitiva, el compromiso pendiente en el Sistema Nacional de Salud; siendo necesario para afrontarlo un “enfoque más salubrista, multisectorial y productivo”.

La Ministra abogó por poner el foco en la Salud Pública, en general, y en la promoción de la salud y la prevención, de forma más concreta. Y consideró que, dado que la salud bucodental ocupa una porción importante del gasto en salud de los hogares, sería necesario poner en primera línea de prioridad su cobertura pública, como lo es avanzar en el fortalecimiento de la Atención Primaria para, una vez recuperada la universalidad, reforzar la equidad.

Sobre la incorporación de la innovación, subrayó la necesidad de hacerlo de forma “racional” sobre la base del coste-efectividad, el valor terapéutico y la eficiencia, mediante la evaluación sistemática y transparente. Esa racionalización no solo debe aplicarse a nuevas inversiones, sino que también debe guiar las desinversiones a medida que vayamos acumulando evidencia. Según la Ministra “un SNS ineficiente no sería sostenible para nadie”.

En el campo de los medicamentos defendió la introducción planificada de los medicamentos de alto valor, como las CAR-T para garantizar un beneficio equitativo a todos los ciudadanos. Hay que apostar por la racionalización de nuevas inversiones y si fuera necesaria, también por la “desinversión” en aquellos medicamentos que no sean eficientes para dar prioridad al “alto valor terapéutico”.

La Ministra señaló que hay que seguir adaptando el SNS a los tiempos actuales, y dar respuesta a las necesidades, de modo sostenible y útil, para cumplir con el mandato de la Constitución Española de proteger el derecho de todos a la salud. Sobre la necesidad de un Pacto sanitario insistió en la importancia de la sostenibilidad “política, económica y moral” del SNS que debe ser fundamentalmente un compromiso social, en especial de la clase media. Para ello pidió un voto de confianza para la sanidad pública señalando que “si los servicios públicos se quedan solo para quienes no pueden pagar los privados, se deterioraran”.

En esa misma línea rechazó los recortes y la introducción de nuevos copagos. Hasta 2006 el SNS “era una herramienta de justicia social muy potente que contribuyó a la disminución de la desigualdad” a lo que habría que volver. Es necesario “ahondar en el principio de la equidad y contribuir a la eliminación de las desigualdades teniendo en cuenta perspectivas de género y territoriales”.

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